Cada vez que me acuerdo del sufrimiento de miles y millones
de personas; y en especial de este niño, al que mataron con apenas cuatro años
delante de mí, y que les daba igual lo que fuese o lo que sufriese con tal de
acabar con su vida no me lo puedo creer. Y es que, en el pensamiento que tengo
yo como persona, no acabo de encontrar la manera y la forma de entender por que aquellas personas querían acabar con
la vida de estos seres indefensos mediante tales atrocidades. Cualquier persona
se merece vivir una larga vida llena de felicidad y buenos momentos, y este
niño no lo consiguió.
Jenifer Cancelos Fernández 3ºESO
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