Debe
de ser bastante triste para una persona judía, que se le juzgue por su religión
y más todavía que al pasar por delante de una tienda, en el escaparate ya te
digan que ni siquiera te permiten entrar en el local.
Un
buen ejemplo, lamentablemente, es en la película de “La vida es bella” en la
cual el niño pequeño le pregunta a su padre porqué a ellos no les dejaban
entrar en una tienda solo por ser judíos, y el padre tenía que ingeniárselas
para no contarle al niño la realidad.
Iván
Menéndez Suárez 4º ESO
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