jueves, 26 de enero de 2012



Debe de ser bastante triste para una persona judía, que se le juzgue por su religión y más todavía que al pasar por delante de una tienda, en el escaparate ya te digan que ni siquiera te permiten entrar en el local.
Un buen ejemplo, lamentablemente, es en la película de “La vida es bella” en la cual el niño pequeño le pregunta a su padre porqué a ellos no les dejaban entrar en una tienda solo por ser judíos, y el padre tenía que ingeniárselas para no contarle al niño la realidad.


Iván Menéndez Suárez   4º ESO

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