jueves, 26 de enero de 2012

SOLO NÚMEROS, SOLO PERSONAS

SOLO NÚMEROS, SOLO PERSONAS





Todos recordamos cuando llegas a parvulitos y te enseñan los números, a sumar, a restar, te dicen que tienes que jugar con todos, cuando creces, te dicen que no puedes tratar de forma distinta a las personas que no son como tu, que tienen otra religión, o que esta mal dejar de lado a otras personas porque son gorditas, o más bajas, o tienen algo que no las asemeja a ti, y siempre hay algún profesor que te dirá que las matemáticas son importantes porque todo está echo de números o a partir de ellos y tú piensas que es imposible, sobre todo porque te preguntas ¿Cómo va a estar hecha una persona de números?
En una sociedad en la que reina el miedo, el la que tus propios amigos no son gente de confianza siempre reina el orden, sí aunque parezca mentira hay un orden, un orden numérico tan estricto como el miedo de la gente, tan estricto que todo debe tener su número y su lugar. Estas personas distribuidas en guetos no eran más que los números impares de una sociedad par, a la cual no le agradaban los impares solo por el hecho de que no son pares.  En ella las bolsas debían tener un número, las maletas debían tener un número, los muertos debían tener un número y los vivos debían tener un número, claro los vivos impares, sus pertenencias, sus casas, sus barrios e incluso sus muertos. Pero a esa sociedad comida por el orden se le olvidó que no todo está hecho de números y que quizás el número siete se llamaba Marina, judía, impar con padres que la querían y que probablemente la vieron morir, que el número 93 se llamaba Gabor, judío, impar, a punto de casarse con una chica no judía, par, con la cual nunca se casó porque la ley prohíbe las mezclas o que el número 75391 se llamaba Anna, judía, impar, mujer mayor cuyo único sueño era ver casarse a su hijo, nunca llegó a verlo por que su último recuerdo es el de su hijo muerto delante de casa fusilado junto a su marido por negarse a  excluirse con los demás impares. Pero esto nunca les importó, por eso, lo que solo eran números a matar y marginar, ahora solo son personas muertas con un nombre solo identificado por un número, solo personas, pero solo números al fin y al cabo.

SOFIA 4º ESO VALLE DE LACIANA  

No hay comentarios:

Publicar un comentario