viernes, 27 de enero de 2012

Con hambre

http://www1.yadvashem.org/yv/es/exhibitions/this_month/april/14.asp
Un día, estábamos sentados unos amigos y yo en la calle, sin apenas ropa, con hambre, y sed, cuando un hombre, vestido de traje, nos dijo que podíamos trabajar en una planta de munición, a cambio de comida y agua. Nosotros, aceptamos sin ningún tipo de duda, y ya al día siguiente, fuimos a la planta de munición, y como nosotros, muchos mas hombres esperaban que la gran puerta de la planta se abriese. Tras unos minutos, la puerta comenzó a abrirse y todos quedamos sorprendidos, esperando a ver lo que se escondía detrás de aquella puerta. Aquel hombre, estaba allí dentro, y nos fue distribuyendo por las distintas partes de la planta. Todos empezamos a trabajar, tras una serie de explicaciones. Las puertas de la planta se cerraron y aquel hombre apareció riéndose, con cara de malvado. Nos dijo que íbamos a trabajar para el gratis, es decir, no iban a recibir nada a cambio .Todos  comenzamos a llorar, suplicándole que nos abriera aquella gran puerta. Ni los lloros ni las suplicas sirvieron de nada, un montón de gente, salió de una sala con unos látigos, y aquella persona que no trabajase le daban un par de latigazos, o lo mataban. Tras unos meses de trabajo un tren nos recogió, y nos metieron en un campo de concentración, allí estuvimos tres días, y conseguimos escapar.
Christian Barrero Rodríguez 4º ESO

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