Me gustaría poder hablar en primera persona, pero no puedo. No me atrevo. Siento que es una falta de respeto para los judíos, por que no se ni lo más mínimo el dolor, el sufrimiento, el maltrato y el hambre que han pasado. Todos tenemos una ligera idea, pero en realidad, nadie puede expresarlo, nadie que nunca haya estado dentro de un campo de concentración.
Para mí, elegir esta foto ha sido muy difícil, puesto que para mí, todas las fotos de este blog son muy importantes y muy significativas.
En esta foto veo como una madre intenta no derrumbarse delante de sus hijos, veo sus ganas de llorar, veo como esa madre quiere salir de ahí, huir, escaparse, volver a su casa, con su familia, con su marido, con sus hijos. Veo como esa mujer recuerda su último momento en libertad. Veo como piensa en el momento en que la separaron de su marido por ser de sexos diferentes, veo como piensa en lo que le estarán haciendo, o si simplemente ya estará muerto junto con miles de cadáveres en una fosa. También veo como le da vueltas a lo que pasará con ella y con sus hijos, sabe que están esperando a que alguien venga y los mate, sabe, que va a ser su último momento juntos, sabe que los van a mandar a otro lugar, donde posiblemente los maten, o donde los utilicen para algún experimento, pero aun así, tiene esa fuerza que solo una madre puede tener para no venirse a bajo y no derrumbarse delante de ellos, tiene que consolarlos para que no teman, tiene que fingir estar bien y hacer como que no va a pasar nada, cuando sabe que posiblemente mueran, o sean torturados, solo por el hecho de tener creencias diferentes, ser de otra religión, ser judíos.
Esta simplemente es mi opinión: realmente no es ni una cuarta parte de lo que sintió esa mujer.
Lucía Santamarina
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