Tras tantos años que han pasado desde esa aciaga época, la gente sigue interesándose y sufriendo por todas esas personas que fueron retenidas y privadas de su libertad. Personas torturadas y asesinadas, condenadas a trabajar hasta que su cuerpo cayese rendido, incluso muertos en el camino hacia su perdición, apretados en vagones en los que la muerte se apoderaba de ellos, como un niño de un caramelo.
Iban allí por un supuesto trabajo, los niños, los ancianos y los que tenían algún tipo de problema no llegaban a coger una herramienta. El resto trabajaba todo el día a todas horas para un mísero cuenco de sopa, hasta que no podían más, luchaban por sobrevivir, pero la gran mayoría no lo consiguió. Por todos los valientes que sobrevivieron y lucharon hasta ser rescatados, va este relato.
Javier Rico Carbajales
Javier Rico Carbajales
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